TIC TAC
Tic tac, Tic Tac el monótono sonido del reloj era lo único que le recordaba que aún estaba viva. Luchó, bien lucharon hasta el final. Ella con su fuerza, con su aliento, con su “sobrevivirás”. Y Él teniendo fe mientras el dolor le retorcía el Alma, mientras su reflejo era anónimo pues hacía tiempo que no se reconocía, mientras intentaba exprimir con su casi aliento cada segundo de Vida. Pero perdieron: él la Vida y Ella las ganas de Vivir.
Ya no recuerda cuántos TicS Tacs pasaron antes de encontrarse así. Tenía un vago recuerdo de una bonita despedida, de un suceso mágico que le daba la certeza que él siempre la protegería, de muchos “para lo que necesites aquí estamos”, de algunos “has de mirar hacia delante” de tres malditos “eres joven, reharás tu vida” MIERDA ¿reharás? Recordó momentos de odio, rabia, venganza y de llanto, tristeza profunda y muerte. MUERTE que ahora ya no podía ser compartida. Cada noche rogaba al cielo y se preguntaba la causa, el fatal destino, el …y buscaba sus ojos, su “tranquila, todo pasará”, pero solamente encontraba oscuridad y silencio. Mucha gente presa del desasosiego de verla así, casi le obligaron a medicarse y accedió. ¿Qué podía perder? ¿El tiempo? Tal vez era la solución a tal vil patraña. Si el tiempo lo curaba todo y ella lo dejaba perder…ILUSA, en un arrebato de Rabia, Mierda, Llanto aplastó las pastillas y las tiró por el retrete. Y a veces, un ápice de lucidez le recuerda que ahí empezaron sus TICs Tacs.
Pero entonces sobrevino un fatal desenlace, o un capítulo más de su desafortunada vida. Pues el destino, su mala fortuna ZARANDEÓ su “Vida”. Después de intentar, en vano, distraerse con alguna serie recomendada por las pocas personas que aún la animaban, se acostó como cada noche. Ese instante de oscuridad absoluta, como cada noche, le esperanzaba el poder dormir y olvidar su ausente vida. Pero cuando la esperanza, como cada noche, se desvanecía, el llanto le inundaba hasta quedar dormida. Y entonces sucedió. Las lágrimas se agotaron y no dieron paso al olvido, un ruido silencioso le alertó. Su corazón asustado notó algo que la oscuridad no le permitía ver y que se acercaba violentamente. De pronto, la agarró con fuerza del pecho y la tiró al suelo. Vil enemigo en su pesar que tal vez le arrebataría lo que tanto odiaba: su vida. ¿Habría oído sus plegarias? ¿Era un verdugo o un salvador? Poco importaba, el golpe contra el suelo fue brutal y noto como en su cabeza una presión le impedía pensar, sentir, sólo un hormigueo le recorría su cuero cabelludo y le atravesaba los pensamientos. El agresor no se conformó con ello y la arrastró hacia un rincón de la habitación, amordazándola secuestrándole el habla, el grito. Allá le ató de pies y manos con el fin de dejarla rígida, sin la posibilidad de ningún movimiento. Y estirada atravesó cruelmente la boca del estómago con un puñal. Un momento antes pensó que tal vez era un sueño, pero el dolor, el inmenso dolor le recordó que estaba despierta y Viva. ¿Viva? Si, no había sangre en la herida, ni moratones en su piel, ni presión en su boca…. Así que vomitó de su alma un grito sordo, pero estridente que empujó por primera vez a él. Después, pasaron varios días, de gritos, de llantos, de días en cautividad. Pero el agresor fue apartándose, cediendo el paso a ella: una superviviente del ataque de su verdugo. Un verdugo que le hizo explotar, para reconstruirse. Un verdugo que le bajó a sus infiernos para subir a SU VIDA. Un verdugo que se llamaba EL VACÍO. El peor e invisible enemigo de la pérdida. Recuerden desde la NADA podemos ir construyendo EL TODO.
Creditos
Escrito por: Elena Andrés
Dibujos y Caricaturas : Toni
Producido por: José Font